A vueltas con los cascos

Motogp Malasia 2014 100

Leo en un artículo de Visordown, que según un estudio realizado en el Reino Unido el 40% de los conductores de moto utilizan cascos que deberían haber sido retirados hace tiempo. Ya sea porque han sufrido un impacto que los inutiliza, por su deficitario estado de conservación o porque han rebasado la fecha de caducidad establecida en cinco años. Según ese mismo artículo habría que aplicar a rajatabla el dicho que si se te cae un casco deberías retirarlo porque podría no ser tan seguro como hace falta en caso de un impacto.

Todo esto encaja casi al 100% con la postura que tenemos en Motorpasión Moto sobre los temas de seguridad y equipamiento. Pero tras nos cuantos años escribiendo y leyendo muchos comentarios sobre el tema, creo que ha llegado el momento de hacer un razonamiento algo más profundo sobre esa fecha de caducidad y las condiciones en las que deberíamos retirar del uso un casco.

Efectivamente esa fecha de caducidad de cinco años de la que todos hemos oído hablar es arbitraria. Nadie sabe desde cuando empiezan a contar esos cinco años. Nadie es capaz de indicarnos cuanto se deteriora un casco al que se le da un «uso normal» y cuanto varían sus prestaciones con ese uso. Parece razonable que si el poliestireno que se utiliza como elemento disipador de la energía de un impacto en el interior de cualquier casco es prácticamente eterno, o tiene un periodo de más de 20 años de estabilidad física frente a las inclemencias del tiempo, estando en el interior de un casco podría durar mucho más mientras no reciba ningún impacto que lo deforme y lo acabe inutilizando.

La parte exterior, calota para los amigos, también es casi eterna. Si está fabricada con materiales compuestos no hay prácticamente nada que la deteriore en un uso normal. Y un plástico de calidad suficiente para cumplir con la homologación de un casco tiene una duración muy similar a los compuestos por mucho sol que reciba a lo largo de su vida útil.

El otro caballo de batalla es un posible impacto «accidental» como el que se nos caiga el casco del asiento de la moto al suelo. ¿Este impacto implica la retirada del casco? ¿Podemos seguir utilizándolo sin peligro? ¿Y si se te cae en casa, de las manos a la alfombra? ¿También hay que retirarlo? Aquí habría que aplicar más el sentido común, ya que no tiene la misma repercusión una caída desde un metro sobre asfalto que sobre una alfombra desde la misma altura.

Llegado este punto se nos presenta la típica pregunta ¿Cuándo tengo que cambiar de casco? Si haces caso a los más puristas deberías reemplazarlo cada cinco años. Si haces caso a los más escépticos cuando te plazca porque no hay una fecha de caducidad formalmente establecida. Aunque lo más racional sería que si ha sufrido un impacto grave lo cambies, si tiene mucho tiempo y alguno de sus elementos se ha deteriorado, lo cambies. Y por supuesto, si el interior tiene vida propia tras muchas horas sudando con él puesto, también lo cambies. Apliquemos más el sentido común y si tenemos dudas siempre es buena idea preguntar a nuestro entorno si aquel casco que heredamos de nuestro padre a la vez que la moto les parece «cool» o demasiado trasnochado para seguir usándolo.

Pero sobre todo no dejemos que nadie nos diga que el 40% de los usuarios de moto en España usa cascos que ya deberían haber sido retirados porque como se enteren los políticos ya se encargarán de legislar el tema.

Vía | Visordown